Estaba todo mi amor plantado junto a un rosal de rosas blancas. Nació de la nada, sucedió de improviso, no me di cuenta cuando echó raíces e indetenible creció... Era ese mi amor por ti. Soporté las adversidades, llegaste a ser la tierra que me sostenía, eras el agua que saciaba mi sed. LLegaste, por tanto, a ser para mí el rosal de rosas blancas que me rodeaba.
Eras mi entorno, no veía otra cosa mas que tu blanca belleza. No se cómo sucedió... al improviso veía las rosas deshojarse, llegaron a marchitarse, mi entorno no era el mismo. Fue por eso que mi amor por ti se cayó, se desmoronó. Las rosas blancas ya no eran blancas, se las llevó el viento. Se alejaron de mi amor tal como lo hiciste tú.
Se marchitó el amor, pero quedó en tu tierra la raíz de mi amor por ti.
